Llega el verano y uno de los primeros cambios lo hacemos en nuestra forma de vestir. Las altas temperaturas propician, fundamentalmente en el caso de las mujeres, que cambiemos los zapatos cerrados por sandalias abiertas; pasando de forma brusca de utilizar un zapato que sujeta completamente el pie a sandalias, en muchos casos con tacón, que apenas sujetan el tobillo.
Desde el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM) nos recuerdan la importancia de no descuidar nuestros pies a la hora de elegir el calzado en la época estival, pues al utilizar este tipo de zapatos, se incrementa el riesgo de sufrir lesiones.
En este sentido, José Santos, secretario general del CPFCM, asegura que “las mujeres sufren hasta cuatro veces más lesiones y problemas podales que los hombres”. Para prevenir este tipo de lesiones, recomiendan alternar diariamente el tipo de zapato y la altura del tacón, que no debería superar los cinco centímetros. Además, en el caso de usar plataformas, se deben elegir aquellas que cuenten con cierta capacidad de amortiguación y una diferencia con el tacón que no sea superior a 3 centímetros.
El peligro de los zapatos de tacón
Los fisioterapeutas hacen hincapié también en el peligro del uso prolongado de zapatos de tacón, que puede causar diferentes lesiones y desequilibrios en la postura, además de otras patologías más graves como artrosis o artritis en las rodillas, afecciones de nervios, tendinitis, juanetes, dedos en martillo, metatarsalgia; o incluso lesiones en los tobillos como esguinces o fracturas.
Durante la época estival se incrementan además el número de fiestas y bodas (en torno al 46% de los enlaces se celebran en verano), lo que propicia también el uso de zapatos de tacón. En este sentido, se aconseja elegir un tacón de base ancha, repartiendo mejor el peso, y con plataforma de no más de tres centímetros de alto.
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