El doctor Josep Vergés y la Fundación OAFI

doctor Josep Vergés
  • Artículo de Antonio G. García, médico y catedrático emérito de la Universidad Autónoma de Madrid y presidente de la Fundación Teófilo Hernando
  • Artículo publicado en ISanidad el 19 de marzo de 2025

Bioibérica es una compañía farmacéutica cuya planta industrial se ubica en Palafolls, Barcelona. El doctor Josep Vergés Milano me invitó a visitar la fábrica y a impartir un seminario de investigación sobre neurodegeneración y neuroprotección farmacológica. Corrían los años finales del siglo XX y Josep dirigía el Departamento de Investigación y Desarrollo de Bioibérica, una empresa líder en la producción de heparina y también en ingredientes naturales para la salud. Dos de estos principios activos son el condroitín sulfato y la glucosamina, posicionados para el tratamiento de la artrosis por su actividad condroprotectora.

Conocí a Josep en una de sus visitas al Departamento de Farmacología y Terapéutica, en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, en el marco de la colaboración que desarrollaba con el director, el profesor Pedro Sánchez García. Josep se interesó por una de mis líneas de investigación, la neuroprotección farmacológica en el ictus y las enfermedades neurodegenerativas, y quiso conocerla mejor. De ahí que me invitara a visitar la Bioibérica de Palafolls.

No veía yo cómo la condroprotección articular y la neuroprotección cerebral podían entrecruzarse. Pero Josep, cuyo ímpetu por abrir nuevas vías de colaboración con científicos universitarios no tenía freno, argumentó que la fisiopatología de ambos tipos de enfermedades, articular y cerebral, tenían mecanismos patogénicos comunes, entre otros, la inflamación, el estrés oxidativo y la muerte celular por apoptosis. Visto con esta amplitud de miras me pareció curiosa la comparación entre los dos sistemas, cogí un avión y me fui a Barcelona.

Tras el seminario que impartí en Palafolls, se entabló un coloquio fluido entre los investigadores de Bioibérica, Josep y yo mismo, del que surgieron varias ideas para desarrollar conjuntamente con algunos fármacos que por entonces Bioibérica puso en el mercado para proteger la articulación del paciente artrósico y del deportista, fundamentalmente el condroitín sulfato y glucosamina, arriba citados.

Las colaboraciones en ciencia a veces surgen casualmente, caso de mi incursión en la artrosis, la inflamación y el dolor, gracias a mi encuentro con el doctor Josep Vergés

Iniciamos la colaboración con proyectos puntuales relacionados con la neurotoxicidad, los mecanismos de muerte neuronal y la neuroprotección ejercida por los fármacos de Bioibérica. La profesora Manuela García López y algunos jóvenes doctorandos y posdoctorandos se implicaron en estos estudios, de los que brotaron algunas publicaciones conjuntas con autores de ambos grupos.

Pero un hallazgo casual contribuyó a potenciar esa colaboración, con la creación de una Cátedra de Patrocinio que dirigí yo durante una década en la Universidad Autónoma de Madrid. Sus actividades se relacionaban, lógicamente, con la inflamación crónica y, durante esa década, la generosa financiación de aquellas interesantes investigaciones corrió a cargo de Bioibérica, gracias al apoyo del doctor Vergés.

Bioibérica disponía también de preparados medicamentosos a base de ácido hialurónico, cuya infiltración articular mejoraba temporalmente el cuadro clínico de dolor y pérdida funcional en los pacientes con gonartrosis. Los químicos del laboratorio de Palafolls lograron romper la gran molécula del ácido hialurónico, de varios kilodaltons de peso molecular, en pequeños fragmentos de disacáridos cuya farmacocinética era compatible con su absorción intestinal tras su administración vía oral.

Estudiamos varios fragmentos en cultivos neuronales y demostramos que el BIS014 exhibía notables efectos neuroprotectores. Ello dio lugar al depósito de alguna patente y a la publicación conjunta de artículos en revistas internacionales.

La Cátedra de Patrocinio Bioibérica-Universidad Autónoma de Madrid funcionó durante una década gracia al apoyo del doctor Vergés

Por entonces, el posdoctorando doctor Javier Egea, que trabajaba en un modelo de inflamación aguda en la rata en el laboratorio de Manuela, estudió el compuesto BIS014 que, sorprendentemente, resultó ser eficaz suprimiendo la inflamación y el dolor nociceptivo. Todos recibimos la noticia con entusiasmo. En aquellos años de la segunda década de este siglo hacía su posdoctorado en mi laboratorio el doctor Fernando Padín, que se había doctorado en la Universidad de Santiago de Compostela. Fernando conocía bien algunas técnicas in vivo para explorar la actividad antiinflamatoria y analgésica de los fármacos y confirmó que el compuesto BIS014 exhibía esas dos propiedades tras su administración oral.

Pensé yo que un nuevo analgésico para tratar el dolor nociceptivo y la inflamación no tenía excesivo interés, dado el numeroso grupo de fármacos disponibles. Pero ¿y si el BIS014 tuviera eficacia frente al dolor neuropático del herpes, la neuropatía diabética, la neuropatía por quimioterapia, el miembro fantasma, el dolor posquirúrgico, la neuralgia del trigémino, el dolor del ictus o las metástasis óseas? La medicación disponible tenía efectos limitados en un número reducido de enfermos, caso de la gabapentina que, además, despliega efectos sedantes que limitan las actividades de los pacientes.

Fernando Padín y yo conocíamos a un excelente grupo investigador que en la Universidad de Granada estudiaba el dolor en general y la alodinia del dolor neuropático en particular. El profesor Enrique Cobos, que se había formado en este campo en la estadounidense Universidad de Harvard, nos abrió las puertas de la colaboración. Las duraderas estancias de Fernando en el laboratorio granadino de Enrique dieron sus frutos, ya que pudimos descubrir que, en nada menos que en cinco modelos murinos de dolor neuropático, el BIS014 oral era tan eficaz, o más, que la gabapentina. Con la ventaja añadida de que el efecto antialodínico del fármaco no se acompañaba de sedación.

En una de las reuniones periódicas conjuntas en el marco de la Cátedra, Josep Vergés y sus colaboradores se quedaron gratamente sorprendidos cuando Fernando Padín presentó los resultados del efecto antialodínico del BIS014 en los modelos de dolor neuropático. Ello alentó la prórroga de la Cátedra durante varios años, con el fin de estudiar el mecanismo de acción del nuevo compuesto y de fabricar lotes nuevos de la molécula para realizar los preceptivos estudios preclínicos toxicológicos y farmacocinéticos, antes de entrar en las fases de ensayos clínicos.

Con estas ideas en mente, y en colaboración con los expertos de Bioibérica, redactamos una patente para proteger la idea en los Estados Unidos, Europa y Japón. Una vez aprobada, hicimos una publicación conjunta internacional en una revista de dolor de gran prestigio.

En el marco de la Cátedra encontramos una pequeña molécula que mostró ser eficaz, vía oral, para tratar el dolor neuropático

El abordaje pluridisciplinar para esclarecer el perfil del compuesto BIS014 es un ejemplo de la riqueza que genera la colaboración, que implicó a investigadores de Bioibérica, la Universidad de Granada y la Universidad Autónoma de Madrid, con algunas colaboraciones puntuales adicionales con investigadores de la Universidad Miguel Hernández y de la Universidad de Santiago de Compostela.

Por otra parte, las cátedras de patrocinio apoyadas por empresas favorecen la formación de personal investigador y un mayor enfoque traslacional de las investigaciones que se realizan en entornos académicos. Ignoro cual sería el destino de la curiosa molécula BIS014 que dejamos lista para emprender su desarrollo preclínico y clínico.

Perdimos su pista porque el doctor Josep Vergés andaba dándole vueltas a un ambicioso y estimulante proyecto, la creación de una fundación para el estudio de la articulación. La experiencia de Josep era amplia en los estudios sobre artrosis, tanto desde la óptica científica como asistencial. Su presencia en congresos nacionales e internacionales era habitual, como ponente y como organizador de simposios.

Estaba constantemente implicado en nuevas y novedosas actividades, en estudios farmacoepidemiológicos, en el diseño y organización de ensayos clínicos, en estudios sobre varios aspectos de la patogenia de las enfermedades del aparato osteoarticular, particularmente la artrosis, las patologías articulares del deportista y la osteoporosis.

Todas estas enfermedades se trataron monográficamente en uno de los cursos de una semana de duración, en el marco de la Escuela Internacional de Farmacología “Teófilo Hernando”, que celebramos cada verano en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en el bellísimo entorno del Palacio de la Magdalena en Santander. La Escuela se organizó conjuntamente por Josep y Bioibérica, la Universidad Autónoma de Madrid y la Fundación Teófilo Hernando.

Fue un rotundo éxito dada la calidad de los ponentes, de dentro y fuera de España, que invitamos. Por otra parte, los alumnos de grado y posgrado intervinieron con entusiasmo en las prolongadas discusiones que siguieron a cada ponencia.

El doctor Josep Vergés dejó la industria farmacéutica para dar vida al sueño de su vida, la Fundación OAFI, en 2016

Todo este bagaje tenía sin embargo las limitaciones del acceso de los pacientes a esta información, aunque Josep ya organizaba periódicamente algunos cursos y congresos con las asociaciones de pacientes. Josep me confesaba su interés por crear algún tipo de organización que le permitiera expandir todo este cúmulo de actividades y que pudiera crear otras nuevas.

Y así, en 2016, vio la luz la Fundación OAFI (OsteoArthritis Foundation International). Josep dejó el confort de sus actividades en la empresa farmacéutica y emprendió el camino más complicado que le llevaría a dar vida a su sueño: trabajar por y para los pacientes, aumentar el conocimiento de la artrosis y buscar las mejores medidas preventivas y terapéuticas. Estos fines fundacionales se extenderían más tarde al concepto de salud articular en el deportista y a la osteoporosis.

Solo en España hay 7 millones de pacientes con artrosis sintomática, elevándose a los 14 millones de pacientes con el grupo de los asintomáticos. A pesar de estas astronómicas cifras, el doctor Vergés siempre ha lamentado que las autoridades sanitarias y la sociedad en general consideren a la artrosis como una enfermedad sin glamour asociada a la vejez: somos el geriátrico de Europa, afirma.

Pero a pesar de ello, siempre ha defendido que la artrosis debe diagnosticarse correctamente y tratarse adecuadamente con medidas físicas y farmacológicas a fin de mejorar la calidad de vida de los pacientes, mitigando el dolor y mejorando la función articular.

doctor Josep Vergés

En estos años, en OAFI se han ido creando una miríada de actividades en forma de congresos, simposios y cursos, siempre centrados en el paciente de artrosis

OAFI es una fundación para los pacientes. De hecho, los simposios, congresos y mesas redondas que organiza anualmente cuentan con el apoyo de las asociaciones de pacientes. También cuida la relación y colaboración con las sociedades científicas de atención primaria, reumatología y artrosis de dentro y fuera de España. Una curiosa actividad es la consulta que OAFI ofrece gratuitamente a los pacientes con problemas articulares, consulta que lleva personalmente el doctor Vergés.

Josep ejerció la medicina y, posteriormente, se dedicó a la investigación con estancias de algunos años en Canadá. Con su vasta experiencia clínica y científica en el sistema osteoarticular, ha montado su clínica en la propia Fundación OAFI, en la que presta asistencia gratuita a los pacientes que la requieren.

Recuerdo que antes de la creación de OAFI, Josep y yo hablábamos de los riesgos inherentes a un nuevo proyecto. Pero tenía claro que quería cambiar el confort de su holgada posición en la industria farmacéutica por el riesgo de emprender la aventura de su vida.

Ahora, tras 8 años de recorrido y actividades frenéticas, el doctor Vergés sigue creando nuevas actividades y afianzando la única fundación que, a nivel mundial, se dedica a la artrosis, a la salud articular del deportista y a la salud de la mujer osteoporótica posmenopáusica, en el ámbito y en colaboración con las asociaciones de pacientes.

Todos estos objetivos se persiguen con actividades múltiples a lo largo del año, tales como el gran Congreso OAFI de otoño en Barcelona o el ya afamado congreso con el sugerente nombre de “Articulando el Deporte”, que se celebra cada año en Madrid. O los ciclos de Foros OAFI, las publicaciones, el apoyo a trabajos científicos en el campo osteoarticular, los programas educacionales, ARTRO360, talleres o la radio y TV OAFI.

OAFI también dirige sus esfuerzos a la mejora de la salud articular del deportista y a la osteoporosis

He tenido yo la suerte de haber encontrado en mi camino a la gran persona que es el doctor Josep Vergés. En cada reunión con él, en Madrid, en Barcelona o en congresos, dentro y fuera de España, brotaban nuevas ideas y proyectos que me contaba con entusiasmo. Era imposible que todos ellos cristalizaran, pero de los muchos que salían de su verbo fluido y arrollador, algunos de ellos se hacían realidad. Su cara se encendía cuando me contaba alguno de sus nuevos proyectos. Pero en nuestros ocasionales y ricos encuentros, había tiempo también para la comunicación afectiva entre dos personas que en las dificultades habían entablado amistad, Josep y yo.

A veces, una persona inasequible al desaliento como el doctor Vergés, se lamentaba de las dificultades por las que pasaba para conseguir apoyos para OAFI. Pero en nuestros encuentros sucesivos reemprendía su imparable actividad cerebral para dar vida a nuevos proyectos. El doctor Josep Vergés Milano, una verdadera fuerza de la naturaleza, merece que el proyecto de su vida, la Fundación OAFI, encuentre despejado el camino para su consolidación. Hago votos por ello, amigo Josep.

  • Artículo de Antonio G. García, médico y catedrático emérito de la Universidad Autónoma de Madrid y presidente de la Fundación Teófilo Hernando
  • Artículo publicado en ISanidad el 19 de marzo de 2025