LA CALIDAD DEL DESCANSO Y LA RELACIÓN DEL DOLOR EN ARTROSIS

Descanso

LA CALIDAD DEL DESCANSO

El sueño es uno de los pilares esenciales para la prevención de la enfermedad, para el mantenimiento de un estilo de vida saludable, además de cultivar el envejecimiento saludable. Su amplio beneficio se debe a las múltiples funciones que se le atribuyen. Y es que mientras dormimos, recuperamos, memorizamos y consolidamos lo que hacemos durante el día. Es un tiempo multifuncional de procesos fisiológicos como el restablecimiento de la energía consumida durante el día, limpieza de sustancias acumuladas en el cerebro, recuperación del sistema metabólico o la restauración física.

Los beneficios del descananso se hacen evidentes ya en nuestro día a día, pues dormir bien nos permite mantener un bienestar tanto físico como mental y emocional: conservamos una actitud activa y más positiva hacia la vida, las relaciones sociales y familiares también son más positivas, además de rendir mejor en el trabajo, tener mayor atención y capacidad de memorización.

Cuando dormimos bien también nos recuperamos mejor físicamente. Recientes estudios científicos nos demuestran que el periodo de sueño es el momento mas álgido de la reparación y regeneración de tejidos, como la piel, músculos, o cartílago, debido principalmente a la síntesis de la hormona del crecimiento (GH) durante las horas del sueño profundo. Igualmente, otras hormonas como la prolactina, la hormona luteínica y la testosterona junto con el efecto antiinflamatorio de la melatonina, complementan esta función.

Estas sustancias se segregan mayoritariamente mientras dormimos, es decir que tienen un ciclo cronobiológico. Por ejemplo, en el caso de la hormona del crecimiento, el 70% se produce en el sueño profundo. La melatonina es la hormona que induce al sueño, y se desencadena con la oscuridad. El pico más alto aparece sobre las 2 de la madrugada y va disminuyendo a lo largo de la noche. Con la edad, esta sustancia va disminuyendo.

BENEFICIOS DEL SUEÑO EN LA ARTROSIS

Dormir bien nos permite mantener una buena salud y bienestar, pero sin duda alguna, la calidad y cantidad de sueño es una necesidad fundamental para el cuidado de enfermedades como la artrosis, para:

  • controlar la inflamación
  • propiciar la regeneración tisular frenando la degeneración
  • controlar el umbral del dolor, lo que en última instancia aporta una calidad de vida adecuada para un buen funcionamiento del día a día, con una buena salud mental y emocional.

Desafortunadamente, el propio proceso patológico, desencadena un círculo vicioso, pues la inflamación, que produce dolor, afectará al propio sueño. En esta coyuntura, aparece el insomnio, que produce una dificultad para conciliar el sueño y el descanso, un sueño superficial, y despertares durante la noche. Este descanso insuficiente e ineficiente provoca una desregulación de la segregación de las hormonas regeneradoras, y retroalimentan la inflamación y el dolor, provocando, en definitiva, una disminución drástica de la calidad de vida.

Imagen de Claudio Scot en Pixabay

CÓMO PODEMOS DORMIR MEJOR

Cuidar el sueño, el descanso y evitar que aparezca el insomnio, debe formar parte de un tratamiento transversal de enfermedades como la artrosis. Debemos garantizar la correcta segregación de las hormonas que nos protegen los tejidos.Por ello, necesitamos cubrir 3 pilares básicos del sueño: dormir el tiempo necesario, obtener un sueño eficiente y de calidad y cuidar el ritmo biológico sueño/vigilia.

Las horas que necesitamos dormir dependen principalmente de la edad: los adultos deben dormir entre 7-8 horas. Cuando nos hacemos mayores, el sueño nocturno suele reducirse, aunque de forma muy variable según la persona. Pero de forma general, es muy recomendable completarlo con una siesta corta, de aproximadamente 20-40min, cada día.

Tal como hemos comentado, la calidad del sueño puede verse disminuida debido al dolor, al malestar, y a la falta de movimiento. Sin embargo, los siguientes hábitos de sueño serán básicos y fundamentales para intentar evitar o paliar el insomnio:

  • Aunque no parezca obvio, la calidad del sueño se construye también durante el día: un día activo, estimulará nuestras hormonas que se fabricarán de forma cronobiológica, por la noche. Y la regularidad de nuestros hábitos asegurará la regularidad de este funcionamiento. Por esto, será muy recomendable mantenerse activo durante el día, exponerse a la luz natural y mantener unos horarios regulares de alimentación y sueño.
  • El sueño se debe preparar, no viene de golpe. Durante las 3 horas previas al sueño, el cuerpo pone en marcha las sustancias que abrirán la puerta al sueño, como es la melatonina. Para estimular este proceso, debemos cenar pronto, sobre las 20:30, y después dedicar un tiempo a una actividad que nos desconecte de lo que hemos hecho durante el día; también es un buen momento de hacer una sesión de meditación o relajación; debemos evitar el uso de dispositivos.
  • Finalmente, ir a la cama siempre a la misma hora. Es importante que la habitación sea un entorno agradable de luz y temperatura, silenciosa y que sea un espacio exclusivamente para dormir.

Artículo por cortesía de Carla Estivill, Dirección e Investigación en Clínica Sueño Estivill

Imagen del artículo de Kinga Howard en Unsplash