Artrosis y enfermedades cardiovasculares: una estrecha relación

Artrosis y ECV

Artrosis y riesgo cardiovascular: ¿Qué debemos tener en cuenta?

  • Se calcula que la artrosis afecta a 7 millones de personas en nuestro país. De estos 7 millones, más de 2 millones la sufren junto a una patología cardiovascular.
  • Con la campaña #ElCorazónDeTuArtrosis, desde OAFI te ofrecemos las principales herramientas para entender cómo se relacionan estas enfermedades y cómo podemos tratarlas adecuadamente.

La artrosis: conceptos clave

La artrosis u osteoartritis (OA) es una enfermedad crónica que afecta al cartílago, al hueso subcondral, a la membrana sinovial y a los tejidos blandos de la articulación. Algunos de los síntomas son dolor, pérdida de movilidad, atrofia muscular…, que se unen al desgaste psicológico que ello supone.

La artrosis, además, no viene sola; suele acompañarse de lo que denominamos comorbilidades (dos o más enfermedades a la vez en un mismo paciente). En una encuesta elaborada por la OA Patients Task Force, al 86% de los pacientes con OA encuestados se les había diagnosticado una o más comorbilidades. La hipertensión y la obesidad fueron las más comunes, con la salud mental teniendo también un papel importante.

La artrosis y las enfermedades cardiovasculares

El 45% de la mortalidad anual en Europa es debida a las enfermedades cardiovasculares (ECV). Las ECV y sus factores de riesgo (obesidad, hipertensión…) se encuentran entre las comorbilidades más frecuentes en los pacientes con artrosis. Tanto la artrosis como las ECV comparten además factores de riesgo (edad, sedentarismo, inflamación…).

Asimismo, es conocido que los pacientes que sufren OA tienden a presentar un mayor número de factores de riesgo cardiovasculares como la obesidad, la hipertensión o la diabetes, entre otros.

Por otro lado, un reciente metaanálisis demostró que los pacientes con artrosis tienen un 24% más de riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular que un paciente sin OA. En el caso de pacientes con artrosis de muñeca y ECV, estudios han determinado que tienen menos probabilidades de mejorar su dolor de artrosis.

Tengo artrosis y una enfermedad cardiovascular, ¿qué debo hacer?

A pesar de la alta prevalencia de la artrosis, las opciones terapéuticas todavía son escasas y tienden a abordar la enfermedad desde un punto de vista sintomático con la administración de analgésicos y AINES, que, según el perfil del paciente, pueden causar efectos secundarios cardiovasculares, gastrointestinales, renales y hepáticos.

Otras alternativas terapéuticas son los opioides (que se ven limitados por sus efectos secundarios), los fármacos de administración intraarticular, que pueden llegar a causar molestias en algunos pacientes o los AINES tópicos, más seguros que los de vía oral para pacientes con riesgo cardiovascular.

En el caso de tener una comorbilidad cardiovascular, es especialmente interesante la opción del sulfato de condroitina (CS) y glucosamina (GS), dos fármacos sintomáticos de acción lenta. A pesar de su uso controvertido, se ha demostrado que la combinación de CS y GS mejora el dolor a corto plazo y se relaciona con la reducción de la mortalidad por causas cardiovasculares, disminuyendo el riesgo de infarto de miocardio e ictus.

El Grupo de Investigación en Farmacoepidemiología y Farmacología Clínica de la Universidad de Alcalá, dirigido por el Prof. Francisco J. de Abajo, a través de diversas investigaciones, ha demostrado que el uso de CS y GS puede llegar a disminuir el riesgo de infarto agudo de miocardio en un 31% y el riesgo de ictus isquémico en un 34%.

Estos resultados sugieren los posibles efectos antiinflamatorios que poseen el CS y la GS, que los hacen especialmente efectivos en el tratamiento de la artrosis. No solo carecen de efectos adversos, sino que podrían tener efectos beneficiosos a nivel cardiovascular, siendo una opción idónea para esta enfermedad.

Es primordial, por lo tanto, conocer el riesgo cardiovascular asociado al uso de los medicamentos que se utilizan para el tratamiento de la artrosis y evaluar el riesgo cardiovascular de cada paciente, para así poder administrarles el tratamiento más adecuado a su condición. Recuerda consultar siempre con tu médico cuál es la opción mas adecuada para tu caso.

La Artrosis y las ECV: una estrecha relación

Es importante tener en cuenta la estrecha relación entre la artrosis y las enfermedades cardiovasculares. Ambas enfermedades se influyen en la evolución de la otra y debemos tratarlas correctamente para asegurar el bienestar de los pacientes.

No debemos olvidar que debemos seguir potenciando medidas no farmacológicas que también nos pueden ayudar a reducir el riesgo cardiovascular, como una alimentación saludable, caminar, ejercicio físico moderado (taichí, yoga, aquagym…) y, sobre todo, dotar al paciente de herramientas para que pueda entender y gestionar mejor su enfermedad, poniéndole en el centro de la misma. Es en este ámbito donde las asociaciones de pacientes como OAFI juegan un papel clave.

Información extraída del artículo “Artrosis y riesgo cardiovascular: nuevos factores que tener en cuenta”, elaborado por el Dr. Josep Vergés, Presidente de OAFI y AECOSAR y Nina Martínez, responsable I+D OAFI.